Placenta acreta: evaluación mediante resonancia magnética
La placenta acreta es un trastorno grave de la placentación caracterizado por una adherencia anormal de la placenta al miometrio, debido a la ausencia parcial o total de la decidua basal. Forma parte del espectro de acretismo placentario, que incluye placenta increta y percreta, y se asocia a un alto riesgo de hemorragia obstétrica. La imagenología, especialmente la resonancia magnética (RM), juega un papel clave en su diagnóstico prenatal.
Factores de riesgo y relevancia clínica
Los principales factores de riesgo incluyen cesáreas previas, placenta previa, cirugías uterinas y procedimientos como legrados. La identificación prenatal es fundamental para planificar el parto en centros especializados y reducir complicaciones maternas severas, como choque hipovolémico o necesidad de histerectomía.
Rol de la resonancia magnética
Aunque el ultrasonido obstétrico es el método inicial de evaluación, la RM se utiliza como técnica complementaria cuando los hallazgos son inconclusos o existe alta sospecha clínica. La RM ofrece una excelente resolución de tejidos blandos y una mejor delimitación de la invasión placentaria.
Entre los hallazgos característicos se incluyen:
- Adelgazamiento o interrupción del miometrio.
- Bandas hipointensas intraplacentarias en secuencias T2.
- Abombamiento del contorno uterino.
- Extensión placentaria hacia estructuras adyacentes en casos avanzados.
La RM es especialmente útil para diferenciar entre los distintos grados de acretismo y para evaluar la posible invasión a vejiga u otros órganos pélvicos.
Importancia del diagnóstico por imagen
Un diagnóstico preciso mediante RM permite una planificación quirúrgica adecuada, disminuye la morbilidad materna y mejora los resultados perinatales.
En conclusión, la resonancia magnética es una herramienta fundamental en la evaluación de la placenta acreta, complementando al ultrasonido y optimizando la toma de decisiones clínicas.



