Malrotación intestinal: claves radiológicas para su diagnóstico

La malrotación intestinal es una anomalía congénita en la rotación y fijación del intestino durante el desarrollo embrionario. Aunque puede presentarse en cualquier edad, es más frecuente en recién nacidos y lactantes. Su detección oportuna es vital, ya que puede asociarse con vólvulo intestinal, una urgencia quirúrgica potencialmente mortal.
¿Cómo se presenta?
Los síntomas varían según la edad. En neonatos, el vómito biliar es el signo más frecuente. En niños mayores o adultos, puede haber dolor abdominal crónico, distensión, náuseas o episodios de obstrucción intestinal intermitente.
Estudios por imagen más utilizados
Serie gastrointestinal (tránsito intestinal):
Es el estudio de elección, especialmente en pediatría. Muestra la posición anómala del duodeno y el ángulo duodeno-yeyunal. El hallazgo típico es que el duodeno no cruza la línea media y se encuentra desplazado hacia la derecha.
Ultrasonido abdominal:
Puede mostrar la relación anómala entre la arteria mesentérica superior (AMS) y la vena mesentérica superior (VMS), así como el “signo del remolino” (whirlpool sign) en casos de vólvulo.
Tomografía computarizada (TC):
Útil en adultos o cuadros complejos. Permite visualizar la disposición de los vasos mesentéricos y asas intestinales, así como detectar signos de isquemia o vólvulo.
Rol de la imagen en el diagnóstico
La imagenología es fundamental no solo para confirmar la malrotación, sino para identificar sus complicaciones a tiempo. Un diagnóstico preciso permite intervenir antes de que se produzca daño intestinal irreversible.