Enfermedad pulmonar por hipersensibilidad: aportes de la imagen

Enfermedad pulmonar por hipersensibilidad: aportes de la imagen

La enfermedad pulmonar por hipersensibilidad (EPH), también llamada alveolitis alérgica extrínseca, es una inflamación intersticial causada por la inhalación repetida de antígenos orgánicos. Su diagnóstico temprano es clave para evitar fibrosis pulmonar irreversible. En este contexto, la imagen es fundamental para confirmar la sospecha clínica, evaluar la extensión y descartar otras patologías.

La radiografía de tórax suele ser el primer estudio. Sus hallazgos pueden ser sutiles o inespecíficos, como infiltrados reticulonodulares o signos de hiperinsuflación. Sin embargo, la tomografía computarizada de alta resolución (TCAR) es la herramienta principal para caracterizar esta enfermedad.

En la fase aguda, la TCAR muestra opacidades en vidrio despulido, nódulos centrolobulillares mal definidos y áreas de atrapamiento aéreo. Estos cambios suelen distribuirse de forma parcheada, predominando en regiones superiores o medias. En etapas crónicas, pueden observarse engrosamiento septal, bronquiectasias de tracción y patrón en panal. Estos signos indican daño irreversible.

Las imágenes no solo confirman la EPH, también ayudan a descartar otras enfermedades intersticiales con hallazgos similares, como la fibrosis pulmonar idiopática. Además, permiten monitorizar la respuesta tras retirar el antígeno y durante la terapia inmunosupresora.

En conclusión, la imagen, sobre todo la TCAR, es clave para detectar, caracterizar y dar seguimiento a la EPH. Un diagnóstico certero y temprano ayuda a frenar la progresión y a mejorar la calidad de vida de los pacientes.