Craneofaringioma: qué buscar en la imagen para un diagnóstico certero

Craneofaringioma: qué buscar en la imagen para un diagnóstico certero

El craneofaringioma es un tumor epitelial benigno que se origina en restos de la bolsa de Rathke. Representa cerca del 2–5 % de los tumores intracraneales y, aunque es benigno, puede crecer de forma localmente agresiva. Por ello, identificar sus características en la imagen resulta esencial para planear el tratamiento quirúrgico y reducir complicaciones.

Presentación clínica

Los pacientes suelen presentar, en primer lugar, alteraciones visuales por compresión del quiasma óptico. Además, son frecuentes los trastornos endocrinos, como déficit de hormona de crecimiento, hipotiroidismo o diabetes insípida. Por último, la cefalea crónica y los signos de hipertensión intracraneal completan el cuadro. En consecuencia, la clínica orienta, pero el diagnóstico definitivo depende de la imagen.

Modalidades de estudio

La resonancia magnética (RM) permite valorar la relación con el quiasma, el tallo hipofisario y el tercer ventrículo. Por otra parte, la tomografía computarizada (TC) es ideal para detectar calcificaciones y evaluar la anatomía ósea. De esta forma, combinar ambas técnicas ofrece la visión más completa.

Hallazgos en TC

  • Calcificaciones: hasta en 90 % de los casos, irregulares o en “concha de huevo”.
  • Componente quístico: lesiones hipodensas, a veces con niveles líquido-líquido.
  • Efecto de masa: desplazamiento del tercer ventrículo o del quiasma.

Hallazgos en RM

  • Masa mixto sólido-quística, con hiperintensidad en T1 por colesterol o proteínas.
  • Realce heterogéneo tras gadolinio, que ayuda a diferenciar de quistes simples.
  • Relación con estructuras críticas, incluyendo tallo hipofisario, hipotálamo y vasos del polígono de Willis.

Diagnóstico diferencial

Incluye adenoma hipofisario quístico, quiste de la bolsa de Rathke, glioma hipotalámico y meningioma del tubérculo de la silla. Sin embargo, la combinación de calcificaciones y localización supraselar suele favorecer el craneofaringioma.

Claves finales

Correlacionar TC y RM es fundamental. En particular, calcificaciones junto a quistes hiperintensos en T1 son muy sugestivos. Analizar el patrón supraselar y la edad del paciente refuerza la certeza diagnóstica y permite planear una cirugía segura, mejorando el pronóstico endocrino-visual.