Obstrucción ureteral crónica: cómo detectarla por imagen

Obstrucción ureteral crónica: cómo detectarla por imagen

tomografía nubix

La obstrucción ureteral crónica es la interrupción parcial o completa y prolongada del flujo de orina desde el riñón hacia la vejiga. Puede deberse a causas intrínsecas —como cálculos, estenosis o tumores— o extrínsecas, incluyendo compresión por masas abdominales o pélvicas. Su detección temprana es esencial para prevenir daño renal irreversible.

Manifestaciones clínicas

En fases iniciales, la obstrucción puede ser asintomática o presentar síntomas leves, como dolor lumbar intermitente. Con el tiempo, puede progresar a infecciones urinarias recurrentes, hematuria o deterioro de la función renal.

Estudios de imagen más utilizados

Ecografía renal: suele ser la primera herramienta diagnóstica. Detecta dilatación de la pelvis renal y cálices (hidronefrosis) y evalúa el grosor cortical renal.

Tomografía computarizada (TC) sin y con contraste: permite identificar la causa exacta de la obstrucción, su localización y el grado de compromiso renal. Es especialmente útil para detectar cálculos y masas.

Resonancia magnética (RM): ofrece una excelente visualización de la vía urinaria sin radiación, útil en pacientes jóvenes o embarazadas.

Urografía excretora: menos utilizada actualmente, pero aún válida en ciertos entornos para evaluar el tránsito urinario.

Importancia del diagnóstico por imagen

La imagenología no solo confirma la presencia de obstrucción, sino que determina su origen, severidad y repercusión sobre el parénquima renal. Esta información es clave para definir un tratamiento oportuno, que puede ir desde procedimientos mínimamente invasivos hasta cirugía reconstructiva.

En resumen, la detección temprana mediante estudios de imagen es la mejor herramienta para preservar la función renal en la obstrucción ureteral crónica.