Fracturas vertebrales osteoporóticas: Diagnóstico con TC y RM

Las fracturas vertebrales osteoporóticas representan una de las complicaciones más frecuentes de la osteoporosis, especialmente en personas mayores. Aunque pueden pasar desapercibidas, estas fracturas comprometen la calidad de vida, provocando dolor crónico, pérdida de estatura e incluso deformidades. Para detectarlas de forma precisa, hoy en día se cuenta con dos herramientas fundamentales: la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM).
¿Qué causa estas fracturas?
Con el avance de la osteoporosis, los huesos pierden densidad y se vuelven más frágiles. Las vértebras, que soportan buena parte del peso corporal, se vuelven susceptibles a colapsar incluso con movimientos cotidianos, como agacharse o estornudar. Muchas veces, el paciente ni siquiera percibe el momento de la fractura.
Tomografía Computarizada: Precisión ósea en detalle
La TC permite obtener imágenes de alta resolución de la estructura ósea. Es especialmente útil para observar el grado de colapso de la vértebra, detectar pequeñas fracturas y evaluar si existe compromiso de la médula espinal. Gracias a su rapidez y precisión, se ha convertido en una prueba clave en el diagnóstico inicial.
Resonancia Magnética: Más allá del hueso
A diferencia de la TC, la RM proporciona información sobre los tejidos blandos, la médula ósea y la presencia de edema o inflamación. Esto permite distinguir entre fracturas recientes y antiguas, lo cual es vital para tomar decisiones terapéuticas. Además, ayuda a identificar otras causas de dolor vertebral, como infecciones o tumores.
¿Por qué es tan importante un diagnóstico temprano?
Detectar y tratar a tiempo estas fracturas reduce el riesgo de complicaciones, como nuevas lesiones o pérdida funcional. Además, permite al médico diseñar un plan de tratamiento personalizado, que puede incluir fármacos, fisioterapia y cambios en el estilo de vida.