Disección aórtica: diagnóstico rápido con imagenología

Disección aórtica: diagnóstico rápido con imagenología

La disección aórtica es una emergencia cardiovascular potencialmente mortal que requiere diagnóstico inmediato y tratamiento oportuno. En términos simples, ocurre cuando una rotura en la capa interna de la aorta permite que la sangre penetre en la pared arterial, separando sus capas. Por lo tanto, la rapidez en la identificación del cuadro resulta esencial para reducir la mortalidad, que aumenta con cada hora sin intervención.

Presentación clínica y necesidad de imagen

Los pacientes suelen presentar dolor torácico súbito e intenso, descrito como “desgarrante” y que puede irradiar hacia la espalda. Sin embargo, los síntomas pueden variar, lo que dificulta el diagnóstico clínico. Por ello, la imagenología se convierte en una herramienta fundamental para confirmar el diagnóstico y definir el tipo de disección.

Modalidades de imagen

1. Tomografía computarizada (TC) contrastada
La TC es el método de elección en la mayoría de los casos. Gracias a su alta resolución, permite visualizar la extensión de la disección, el flap intimal, la localización de la entrada y el compromiso de ramas arteriales. Además, las reconstrucciones tridimensionales facilitan la planificación quirúrgica o endovascular.

2. Ecocardiografía transesofágica (ETE)
La ETE resulta especialmente útil en pacientes inestables que no pueden ser trasladados a tomografía. Asimismo, permite valorar la válvula aórtica y el posible derrame pericárdico.

3. Resonancia magnética (RM)
La RM ofrece una excelente caracterización del flujo sanguíneo y de las estructuras de la pared aórtica. Sin embargo, su uso se limita a pacientes estables, dado el mayor tiempo de adquisición.

Conclusión

La imagenología moderna permite un diagnóstico rápido, preciso y seguro de la disección aórtica. En definitiva, la tomografía contrastada sigue siendo la técnica más efectiva por su disponibilidad y velocidad, mientras que la ecocardiografía y la resonancia complementan el estudio según la condición del paciente. De esta manera, una evaluación oportuna mejora el pronóstico y reduce significativamente la mortalidad.