Una guía para la adquisición, interpretación y presentación de informes de la MRI de todo el cuerpo en el mieloma: Sistema de Evaluación y Diagnóstico de la Respuesta al Mieloma (MY-RADS)
El análisis llevado a cabo por un laboratorio de la enfermedad del mieloma permite evaluar las opciones para un mejor tratamiento. Por lo general se suelen usar estudios de esqueleto o pruebas CT, sin embargo, su participación se involucra principalmente en la detección de los agentes destructivos de la enfermedad en el interior de la médula ósea. Además, son convenientes para espacios medulares de huesos largos, pero no en huesos trabeculares.
La MRI ha demostrado tener ventaja debido a su alto contraste en los tejidos blandos (lo que proporciona imágenes precisas de la médula ósea) y por su identificación temprana del mieloma focal. Esto es importante ya que influye en la rapidez del tratamiento, otorgando mayor posibilidad de supervivencia.
Adquisición y análisis de cuerpo completo para datos MRI
El protocolo clínico para el MRI se puede utilizar para la localización del mieloma en médula ósea y en algunos casos para la obtención de imágenes de la enfermedad extramedular (el tiempo sugerido para ello es de 30 a 50 minutos). Es recomendable hacer una valoración profunda para revisiones de tejidos blandos, enfermedades extramedulares y aquellas que necesiten pruebas de respuestas tumorales en serie.
Información clínica para elaborar un informe
Es recomendable que los radiólogos dispongan de la siguiente información para realizar un informe: momento del diagnóstico inicial o de sospecha; concentraciones séricas de paraproteína; situación de la trepanación (en caso de que se haya efectuado); zonas sintomáticas; estatus de recaída; tratamiento actual; historial de trasplante; información de radioterapia u operaciones quirúrgicas llevadas a cabo; administración de factores estimulantes; y en caso de aplicar, estado de la enfermedad mínima residual.
Evaluación de imágenes MRI
Se deben tomar en cuenta todas las imágenes proporcionadas de la MRI DW, incluyendo las que tienen valores bajos, medios, altos, las anatómicas y las de fracción de grasa. Para tener una mejor estimación de un volumen tumoral general, así como para ubicar la composición regional del tumor, se aconseja el uso de una proyección con escala de grises invertida. Asimismo, para mejorar la lectura e interpretación, se pueden hacer comparaciones de estas imágenes con métodos como el de ventana.
Cabe señalar que algunos daños óseos focales visibles se pueden deber a distintos factores que no necesariamente conducen a un carácter maligno. Para evitar falsos positivos, se deben tomar en consideración algunas fuentes como fracturas, infecciones, quistes, un nivel bajo de grasa en la médula ósea, y en ciertos casos, la presencia de implantes de metal.
Medidas del tamaño la lesión
Según el Grupo Internacional del Trabajo sobre el Mieloma, el tamaño establecido para la definición activa focal de una lesión es de 5 mm, es decir, cuando una lesión tenga esta medida o sea menor, se debe reportar para ser supervisada y no es necesario precisar sus medidas. Por otro lado, cuando la medida es superior a 5 mm pero inferior a 1,0 cm, se reporta como enfermedad activa local, sin dar precisión de las medidas.
Reporte estructurado
Para tener un reporte clínico organizado, se propone hacer clasificaciones. Por ejemplo, una en donde se trate el tema de la evaluación de la respuesta en función de las regiones anatómicas. De igual forma, se pueden agregar escalas (especialmente de cinco puntos) en donde se identifique el nivel de progreso y/o de respuesta.
Traducido y adaptado de: Messiou, C., et & al. (2019). Guidelines for acquisition, interpretation, and reporting of whole-body MRI in myeloma: myeloma response assessment and diagnosis system (MY-RADS). Radiology, 291(1), 5-13.