Retinoblastoma: hallazgos clave en tomografía y RM

Retinoblastoma: hallazgos clave en tomografía y RM

El retinoblastoma es el tumor intraocular maligno más frecuente en la infancia, generalmente diagnosticado en los primeros cinco años de vida. La evaluación por imagen desempeña un papel fundamental no solo en el diagnóstico inicial, sino también en la caracterización de la lesión, la detección de extensión extraocular y la planificación terapéutica. Tanto la tomografía computarizada (TC) como la resonancia magnética (RM) ofrecen información complementaria y esencial para el manejo clínico.

Hallazgos en tomografía computarizada (TC)

  • Calcificaciones intralesionales: son el signo más característico y se identifican con alta sensibilidad en TC, presentes en la mayoría de los casos.
  • Masa intraocular: de densidad heterogénea, que puede ocupar parcial o totalmente la cavidad vítrea.
  • Extensión extraocular: la TC permite valorar erosión de la pared ocular, infiltración orbitaria o afectación ósea.
  • Limitaciones: debido a la radiación ionizante y menor definición de tejidos blandos, se reserva en la actualidad para casos específicos.

Hallazgos en resonancia magnética (RM)

  • Caracterización tisular: el tumor suele mostrar hipointensidad en T2 e isointensidad o discreta hipointensidad en T1.
  • Realce con contraste: la lesión realza tras la administración de gadolinio, lo que ayuda a diferenciarla de otras entidades intraoculares.
  • Detección de extensión: la RM es la técnica de elección para evaluar invasión del nervio óptico, órbita y sistema nervioso central.
  • Evita radiación: aspecto relevante en pacientes pediátricos, donde la exposición debe minimizarse.

Importancia clínica

El conocimiento de los hallazgos clave en imagen permite:

  • Confirmar la sospecha clínica.
  • Diferenciar el retinoblastoma de otros diagnósticos diferenciales como la pseudogliosis o la enfermedad de Coats.
  • Determinar la extensión local y sistémica, crucial para definir entre tratamientos conservadores (quimioterapia intraarterial, braquiterapia) o enucleación.

El retinoblastoma requiere un abordaje diagnóstico integral en el que la RM es la herramienta principal para valorar la extensión tumoral y la TC se reserva para identificar calcificaciones, cuando no son visibles en otros estudios. Una interpretación adecuada de estas imágenes impacta directamente en el pronóstico y en la preservación de la visión del paciente.