Escenarios futuros y oportunidades para la radiología intervencionista en la era posterior al COVID-19
El brote pandémico ha llevado a los sistemas de salud de todo el mundo a una rápida reorganización en respuesta a las infecciones por coronavirus, obligando a las unidades de radiología intervencionista a adaptarse.
Los procedimientos de intervención han evolucionado en número, tipo y entorno. Además, posiblemente se han optimizado como consecuencia directa de esta pandemia; resultado que sin duda conducirá a un cambio radical dentro de la especialidad.
Este artículo explora el futuro de la radiología intervencionista desde diversas perspectivas y pronostica las nuevas oportunidades que se presentarán. Desde la adaptación del personal de radiología intervencionista y la sala de angiografía, al entorno inmunológico, pasando por la educación médica digital. Finalmente, analizando el impacto económico y la relación futura que podemos esperar con el resto de la industria médica.
Debe idearse una reorganización del sistema de trabajo dentro de las unidades de radiología intervencionista (RI) que atienden a pacientes hospitalizados y ambulatorios. Antes de la infección por COVID-19, se realizaban múltiples tareas ambulatorias dentro de la unidad de radiología, como angio CT / MRI. Exploraciones que ahora podríamos considerar dentro de un entorno no hospitalario.
Los servicios de angio-telerradiología podrían llevarse a cabo en el hogar y, por lo tanto, estar alineados con la promoción del gobierno del distanciamiento social y el movimiento restringido de personas. El seguimiento clínico de los pacientes que utilizan telemedicina podría introducirse de la misma manera.
Además de limitar la propagación del virus, estas nuevas medidas pueden ser beneficiosas para racionalizar el trabajo del equipo de RI durante escenarios críticos de pandemia. En esta situación, los protocolos contemplarían la continuidad de la atención al paciente mediante la distribución del personal en grupos fijos no intercambiables.
Impacto psicológico
La ansiedad por COVID-19 en el personal de radiología ha estado presente desde el principio debido a la falta de material protector adecuado e instrucciones claras de su uso.
Esta ansiedad ha persistido en la segunda etapa de la pandemia. Con la responsabilidad adicional de remodelar las salas de infrarrojos para atender a pacientes con COVID-19 y no COVID-19 y proporcionar entornos y procedimientos de trabajo seguros en todo momento.
En el período tardío de la pandemia, nos enfrentaremos a largas listas de espera para procedimientos pospuestos. Consecuentemente, aumentarán la carga de trabajo de los profesionales, que trabajan dentro de una especialidad donde solo se puede aceptar la más alta calidad de servicio.
Impacto económico
La pandemia de COVID-19 ha provocado una redistribución del gasto sanitario hacia unidades hospitalarias específicas. Por ejemplo, UCI, medicina interna, tecnología (ventiladores, unidades portátiles de rayos X), equipos de protección personal, pruebas inmunológicas y medicamentos.
Se espera que el producto interno bruto (PIB) mundial disminuya entre un 2,1% y un 3,9% dependiendo del impacto de la pandemia, en el contexto de haber gastado hasta el 20% de su PIB en gastos de salud. Por una parte, la RI es una especialidad novedosa altamente dependiente de la tecnología, lo que implica un alto costo de las intervenciones.
Desde el punto de vista del costo de oportunidad de la inversión en intervenciones de atención médica, la RI puede verse afectada negativamente. Por ejemplo, un programa de creación de fístula arteriovenosa de diálisis endovascular puede ser reemplazado por un programa de servicio de telesalud COVID-19. Lo más probable es que solo prevalezcan las intervenciones y los procedimientos de emergencia científicamente probados después de los recortes presupuestarios previstos para los hospitales.
Abadal, J. M., Gonzalez-Nieto, J., Lopez-Zarraga, F., de Gregorio, M. A., Kitrou, P. M., & Mendez, S. (2021). Future scenarios and opportunities for interventional radiology in the post COVID-19 era. Diagnostic & Interventional Radiology, 27(2), 263–268.